domingo, 20 de mayo de 2012

Cuando STEVE nos enseñó nuestro JOBs


Cuentan que un día el descubridor de Lola Flores llamó a un amigo diciéndole: “He visto a una artista que no sabe cantar, no sabe bailar y ni siquiera es guapa, pero es lo mejor que he visto nunca en un escenario”.
Esta curiosa anécdota se podría extrapolar a la figura de Steve Jobs: No fue un gran técnico, no tenía conocimientos de marketing, no sabía de dirección de empresas, ni era una persona agradable, tampoco inventó nada, ( ya existía el mp3 cuando apareció el ipod, y el móvil cuando llegó el iphone... ), pero se le puede considerar como uno de los mejores y mayores innovadores y visionarios de la última mitad de siglo.
Sin embargo, después de haberme leído la gorda biografía escrita por Walter Isaacson, me he quedado con tres ideas principales muy útiles, ( al menos como reflexión y análisis ), en este mundo empresarial y tecnológico.

La primera se titula No Interoperabilidad. Después de llevar casi 3 años escuchando y postrándome a la palabra Interoperabilidad como la opción perfecta para todos los problemas de nuestras vidas, aparece Steve Jobs para mostrarme o demostrarme una postura opuesta que ofrece resultados. Su obsesivo interés por controlar todo lo que rodea a sus productos, le llevó a romper con el paradigma mercantil de la informática e ir contra corriente para crear soluciones sólo aplicables a su “mundo”. Esto le supuso, no sólo críticas, sino una ralentización en la expansión de su marca... pero poco a poco la remontada es más que patente. No estoy nada de acuerdo con crear productos cerrados, y no-interoperables, no obstante, debo confesar que me plantea la duda, sobre si la fusión de un hardware hecho por y para un software y viceversa, no garantiza una estabilidad superior a la apertura actual entre dispositivos y sus programas. Será casualidad, pero el iMac con el que hoy escribo va a cumplir 3 años, sin que haya habido un sólo día en que haya hecho huelga. ¿Por qué?

La segunda se llamaría: No división dentro de la empresa. Aún recuerdo la vez que fui a una reunión en la sede de un importante y conocidísimo imperio del mundo de la comunicación. Nunca olvidaré esa federación de federaciones en las que todos discutían con todos, temiéndome que pudiesen llegar a las manos, sin duda una de las causas de su actual declive. La empresa fundada por Jobs, motiva, o mejor dicho obliga a que todos los departamentos luchen, peleen, y remen en la misma dirección y en pos de los objetivos principales de la empresa. Lógico verdad? Pues resulta sorprendente lo poco que se aplica en muchas de las compañías actuales. Puede que al final no sea tan buena idea “Divide et vinces”. O al menos sin una cultura de dividir tareas para unir el trabajo.

La última y más apropiada es: No al miedo a devorarse. La empresa Sony no quiso, en su momento, crear un mp3 por miedo a ver reducida su venta de cd's. Al final si no te devoras a ti mismo te terminarán devorando otros. La necesidad de evolucionar provoca sacrificios que exigen caminar hacia delante. La venta de iPhone mermó a la de iPods, la de iPad a iMac, pero da igual. Como escribí en otro post, el mundo de la tecnología es una cinta transportadora, quedarte parado, en posición defensiva, es retroceder.


En definitiva, una historia curiosa sobre un personaje que tuvo como máxima: “Tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto.