martes, 23 de octubre de 2012

El caballo paradójico



Este pequeño cuento es uno de mis favoritos por su moraleja tan sincera:

Había una vez un hombre pobre pero sabio, que trabajaba la tierra duramente con su hijo.
Un día el hijo le dijo:
-¡Padre, qué desgracia! Se nos ha ido el caballo.
-¿Por qué le llamas desgracia? -respondió el padre.- Veremos lo que trae el tiempo...

A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otro caballo.

-¡Padre, qué suerte! - exclamó esta vez el muchacho. Nuestro caballo ha traído otro caballo.
-Por qué le llamas suerte? - repuso el padre.- Veamos qué nos trae el tiempo.

Unos días más tarde, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y éste, no acostumbrado al jinete, se encabritó y lo arrojó al suelo. El muchacho se quebró una pierna.

-¡Padre, qué desgracia! - exclamó ahora el muchacho.
¡Me he quebrado la pierna!
Y el padre, retomando su experiencia y sabiduría, sentenció:
-¿Por qué le llamas desgracia? Veamos lo que trae el tiempo!

El muchacho no se convencía de la respuesta sino que gimoteaba en su cama. Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra. Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo.

Debemos comprender que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo, para ver si algo es malo o bueno.

La moraleja de este antiguo consejo chino es que: la vida da tantas vueltas, y es tan paradójico su desarrollo, que lo malo se hace bueno, y lo bueno malo.

A veces, recurrir a este tipo de enseñanzas ayuda a aclararse ante cambios imprevisibles o sorprendentes, tanto para bien como para mal.
Esta idea me recuerda mucho a las palabras de Steve Jobs en el discurso de Stanford: “You can't connect the dots looking forward you can only connect them looking backwards. So you have to trust that the dots will somehow connect in your future.
No puedes conectar los puntos mirando hacia adelante; solo puedes hacerlo mirando hacia atrás. Asi que tienes que confiar en que los puntos se conectarán de alguna forma en el futuro.

Gracias a que se escapó el caballo, el chico no fue a la guerra... gracias a que aquel día me ocurrió, ( o me dejó de ocurrir ), aquello, hoy disfruto de estas nuevas vivencias/experiencias.

Agatha Chistie decía, aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único.