domingo, 13 de diciembre de 2015

El carpintero Seatle


Un carpintero, estaba a punto de jubilarse. Le comunicó a su jefe, la decisión de dejar el negocio de la construcción, para poder llevar una vida más placentera junto a su esposa y así disfrutar los últimos años de su vida.

 Su jefe, lamentó perder al mejor empleado. Pero antes de que se retirara definitivamente de su trabajo, le pidió que construyera una última casa.
El carpintero, accedió por compromiso. No puso mucho esmero, ni entusiasmo en el trabajo, como en otras épocas, no cuidó los detalles. Así que la construcción, no impresionaba, incluso los materiales que usó eran de inferior calidad.

 Una vez finalizado el trabajo, el carpintero invitó a su jefe a visitarla. Hicieron un recorrido por la casa y al finalizar, le entregó a él las llaves de la puerta y le dijo:
Querido amigo, esta casa es tuya. Es mi regalo por todos los esfuerzos que pusiste en la empresa, durante 40 años.
El carpintero, emocionado, agradeció el regalo pero a su vez se sintió avergonzado por no haberse esforzado en construir su casa más cuidada y acogedora.

Ayer, 12 de Diciembre, en París se firmó el acuerdo contra el cambio climático. Un ambicioso compromiso vinculante que pretende rescatar nuestro planeta del desgaste continuo, constante y dañino que produce la huella humana. Se ve que después de varias cumbres vacías e inocuas como Río 2012 o Lima 2014, la gravedad del problema ha instado a los máximos representantes a buscar soluciones reales que nos permitan volver a respirar aire puro.
Pero no hay que engañarse. El fruto de ayer no es más que un papel, (de 40 hojas), inerte e inanimado que requiere y exige de la materialización de los acuerdos firmados. No seamos tan estúpidos como el carpintero del cuento que cegado, no vio que su último trabajo consistió en construir su hogar.

Hay un podcast espectacular sobre la vida del indio Seatle. Recoge la mítica proclama que lanzó cuando tuvo que mal vender su tierra al fusil del hombre blanco. Su mensaje ecologista ha sido el más inspirador de la historia con frases tan certeras como "Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra". Él si que fue un “buen carpintero”.